Energía que esclaviza o sol que libera

3/18/20233 min read

Impulsar el desarrollo de un Puerto Rico libre de combustibles fósiles es el desafío inmediato más importante que enfrenta nuestra sociedad. La generación en centrales termoeléctricas dependientes de LUMA para la transmisión y distribución eléctrica es cada vez más costosa, ineficiente y problemática. Y si este modelo ha sido dañino para el Planeta, los nuevos cargos para el pago de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica amenazan nuestro futuro energético, castigandonos en el presente y hacia el futuro, a las generaciones emergentes.

Puerto Rico está en el umbral de un cambio sistémico en la manera en que se genera la energía, pero llegar a esta etapa ha sido un camino muy espinoso. Por un lado, la acción comunitaria, con sabiduría social y científica, enfrentó la gasificación de la Isla y, simultáneamente, ha construido un amplio expediente de referentes exitosos de energía solar donde, desde los techos mismos, se atienden temas de seguridad alimentaria, agua, salud, pobreza, infraestructura crítica, comunicaciones, entretenimiento y activación económica. Por otro lado, el modelo caduco y corrupto construyó una deuda pública absurda mientras privilegiaba la gasificación proponiendo gasoductos fracasados en el pasado y, más recientemente, hipotecando el futuro con instalaciones sin permisos como el terminal de New Fortress en San Juan. Igualmente, oculta proyectos bajo la mesa para nuevas centrales a base de gas. En medio del modelo colapsado, el gobierno se desentiende de su responsabilidad privatizando todo, como queriendo decir ‘que resuelvan otros’.

Sin embargo, la lucha por un modelo energético propio sigue creciendo y tomó las calles de Adjuntas en el 2019 para marchar por el sol. La consigna de entonces fue “por la resurrección del Planeta, la insurrección energética”. Allí, junto al escalador profesional Alex Honnold, presentamos la intención de construir la primera microrred solar urbana de Puerto Rico, Adjuntas Pueblo Solar. Tras protestar y simultáneamente proponer, salimos a trabajar la organización social de los comerciantes, hacer estudios de carga, establecer el marco legal con la Clínica de Derecho de la UPR, descifrar el plan de financiación, elaborar el diseño, adquirir los equipos, contratar instaladores e instaladoras, y construir el megaproyecto comunitario en tiempos de terremotos y covid-19.

Hace más de un año que opera la generación diurna del sistema de 172 kilovatios de potencia solar, pero faltaba el componente de almacenaje de un megavatio para la interconexión de la farmacia, la pizzería, dos mueblerías, la ferretería, la óptica, la panadería, una iglesia y otros espacios. Esta batería -que permitirá una operación autónoma tipo microrred- se manufacturó en Texas con atrasos debido al disloque de la cadena de suplido global a raíz de la pandemia, pero ya llegó a la Isla. En los próximos días se completará su instalación, y así quedará finalizada la fase de construcción.

Mientras esto ocurre y otras iniciativas comunitarias se desarrollan a lo largo y ancho del país, surge un interés y un mandato directo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la secretaria del Departamento de Energía, Jennifer Granholm, para que se priorice la producción energética de Puerto Rico a base de fuentes renovables. Con un acercamiento que parecería genuino hacia las comunidades y tras una validación externa de una hoja de ruta trazada en la Isla, todo parecería color de rosas. Pero si el gobierno de Puerto Rico es traicionero, tampoco son fiables las asignaciones de fondos federales que tienen intereses propios y suelen adormecer a muchos con ilusiones de obra. ¿Qué ha pasado con los miles de millones de dólares que fueron asignados a la Isla tras el paso del huracán María? Las nuevas promesas de fondos para techos solares, ¿se traducirán en un impacto directo proporcional al discurso político? No nos desenfoquemos con promesas y falsas ilusiones. Tras el anuncio, la realidad es que se ha frenado el impulso y la inversión local pensando en que los americanos llegaron para salvarnos.

En la montaña andamos muy despiertos y el 18 de marzo vamos a inaugurar la microrred Adjuntas Pueblo Solar sin un centavo de fondos federales y con la segunda Marcha del Sol. Estamos en una coyuntura especial, pero falta camino. El gobierno renunció a su rol privatizando y no nos representa. La fuerza para el cambio energético que urgentemente necesitamos sigue estando en el poder social de la gente. La lucha continúa y necesita de ti. Te esperamos el sábado 18 de marzo en Adjuntas para marchar por la insurrección energética.